Inauguro este blog y quisiera hacerlo alzando mi voz para poner en valor el papel que hoy juegan los emprendedores y las familias emprendedoras. Hoy más que nunca es importante tener claro que el papel del empresario en nuestra sociedad es cada vez más relevante: gran parte del empleo procede de la iniciativa privada, como también de este esfuerzo proceden numerosas ideas innovadoras de las que todos nos beneficiamos o una importante porción de los impuestos que permiten mantener el estado de bienestar. En este punto creo debería haber una coincidencia muy notable y creciente en personas de ideología política muy diferente. Lo digo ahora que rebrotan los reductos que aún cuestionan el capitalismo, la libertad individual y la propiedad privada.
Si llevamos este pensamiento al terreno del lenguaje nos encontramos alguna sorpresa que tal vez no sea casual. Es curioso advertir cómo ha surgido una palabra que cada vez se utiliza más para denominar al empresario: emprendedor. Pareciera que esta denominación sintetiza el consenso sobre el importante papel que cabe otorgar al empresario en el mundo actual. La palabra emprendedor se presenta hoy como una palabra políticamente correcta, con una evidente connotación positiva. Hace referencia al creador y gestor de empresas que se aleja de los peores tópicos decimonónicos existentes alrededor de la figura del empresario usurero y explotador. El emprendedor es, pues, persona que aglutina capacidad de innovación para identificar e implantar una oportunidad de negocios innovadora, que cuenta con una mentalidad global, que desarrolla relaciones de largo alcance con su entorno, que actúa con una visión estratégica y que con pasión se afana en implantar con éxito su idea. Y ese carácter emprendedor hay que otorgárselo también a tantas y tantas familias empresarias en España y en el mundo que tanto han contribuido por generaciones al progreso de nuestra sociedad.