SEMANA GLOBAL DEL EMPRENDIMIENTO

SEMANA GLOBAL DEL EMPRENDIMIENTO

Queridos emprendedores y familias empresarias,

Escribo estas líneas tras pasar unos días en Santo Domingo, donde fui invitado a participar en diferentes conferencias con motivo de la semana global del emprendimiento.

Emprender sigue de moda. Es palabra políticamente correcta. El término emprendedor ha ido sustituyendo al tradicionalmente utilizado empresario. Mi tesis: emprendedor es el término políticamente correcto para denominar al empresario. El emprendedor es el empresario bueno, honesto, innovador, responsable, filántropo, líder, …..

Pienso que más allá de estas vicisitudes del lenguaje lo que de verdad demanda el mundo de hoy es, con mayúsculas, ACTIDUD EMPRENDEDORA.

Actitud emprendedora supone, como directivos, manejarse con proactividad, con ideas, con iniciativas. No limitarse a repetir lo que siempre se hizo. En suma, aportación de valor real. No es tan descabellado pensar que si no aportas valor acabarás siendo sustituido por un robot. Por eso hace fortuna el término intraemprendedor. Ese directivo que está dispuesto a aportar nuevas ideas y se compromete en su puesta en marcha. Claro que esto demanda, en lógica contrapartida, una organización que le brinde soporte y le apoye con el debido empowerment. Así funcionan las organizaciones con genuina cultura emprendedora.

También las empresas deben, por tanto, apuntarse al fenómeno del emprendimiento. Emprendimiento corporativo en este caso. Entender que las viejas recetas del pasado no aseguran éxitos futuros. Porque el entorno evoluciona a gran velocidad. Por eso, otro término en boga es la transformación. A mi juicio, la consecuencia del emprendimiento corporativo. Actitud emprendedora en las organizaciones para presentarse de manera distinta antes sus clientes, que han cambiado. Con nuevas estrategias para atraer y retener un talento, que también va evolucionando. Con otro enfoque, en suma, para presentarse en el mercado y resultar una empresa atractiva.

Curiosamente cuanto más grande se tornan las compañías, más dificultades para avanzar. Es lo que tienen los pesados paquidermos. Pero el elefante tiene que seguir bailando como cuando era más ágil. Monumental desafío para los CEOs de las grandes corporaciones.

Nuestros clientes lo quieren todo. Comprar hoy y recibir el encargo ya. A buen precio pero personalizado. Y con gustos cambiantes. Solo se puede satisfacer estas demandas desde la actitud emprendedora.

En el fondo, las economías eran, hasta no hace demasiado, suficientemente cerradas para facilitar la creación de oligopolios que acababan por conformar un ecosistema equilibrado y tranquilo. Hoy el panorama es diametralmente distinto. Al menos, en la era “before Trump” el impacto de globalización y digitalización abre los mercados y la competencia. No vale hacer las cosas bien. Hoy se exige excelencia. Una vez más, actitud emprendedora.

Sin la firme convicción de los líderes empresariales es difícil que una compañía adopte esta filosofía. Por ejemplo, en muchas empresas familiares el debate intergeneracional apunta en esta dirección. Continuismo o transformación. Mi opinión, desde el respeto a los valores tradicionales que han permitido consolidar un proyecto empresaria,l  innovación adaptativa. Claro que sin el compromiso de las cúpulas organizativas esto no va a fluir.

En definitiva, celebro mucho este auge del fenómeno emprendedor. Como he recordado en varios foros últimamente, me contemplan ya 25 años trabajando en aras de una sociedad más emprendedora. Lo cierto, es que la actitud emprendedora se ha convertido en un “must” en el mundo de los negocios de hoy.

Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean…

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