22 Oct REPUTACIÓN EN LA EMPRESA FAMILIAR
Queridos emprendedores,
El próximo lunes presentamos en el IE Business School el libro “La Reputación de la Empresa Familiar” dirigido por la prestigiosa consultora Villafañe&Asociados y donde he participado con la redacción de un capítulo. Por supuesto que los lectores del post estáis más que invitados a acudir por aquí ese día. Reserva tu plaza aquí.
La reputación forma parte de ese conjunto de intangibles a los que tradicionalmente, y salvando notables excepciones, la empresa familiar no ha atendido en su adecuada dimensión. El exceso de foco en lo urgente, dejando de lado lo importante, trae estas consecuencias.
A mi juicio, si hablamos de comunicación, no caben ya estrategias de avestruz, de esconder la cabeza y no quiero que se sepa nada de mi empresa. Internet ha revolucionado todo esto, queramos o no. Cualquiera teclea en Google tu nombre o el de tu empresa y ya se está construyendo una reputación. Hay que estar, y mejor hacerlo trasladando una imagen adecuada vía una inteligente acción de comunicación que nos posicione de acuerdo a nuestra estrategia, personal y de negocio.
Como tantos intangibles, la reputación se echa a faltar, no en el día a día, pero sí en momentos críticos, en el “Día D”. Por ejemplo, la crisis está creando muchas situaciones en las que contar con la adecuada reputación es un activo muy relevante y que puede hacer la diferencia.
Te comparto algunas situaciones típicas en las que están involucradas muchas compañías familiares para combatir la crisis:
- Situación 1: Salida a los mercados exteriores. Desde luego la tarea se simplifica si contamos con una marca reputada, y una buena imagen como familia empresaria.
- Situación 2: Refinanciación de la deuda. La aproximación a los bancos se facilita si quien acude cuenta con la debida reputación
- Situación 3: Reforzamiento de equipos directivos para hacer frente a escenarios globales y complejos. El talento prefiere acudir a empresas con reputación y que le ofrezcan oportunidades de desarrollo personal y profesional.
No me canso de insistir a las familias empresarias en la idea de que constituyan adecuadas plataformas de reflexión estratégica en la que abordar asuntos relevantes para la sostenibilidad de sus relaciones de negocio y sus familias. Sin ningún género de duda la gestión de la reputación debe formar parte de la agenda prioridades de muchas empresas familiares que quieran competir con éxito en los complejos escenarios del siglo XXI.
Hasta la próxima, tratad de ser muy felices y espero vuestros comentarios.
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