HOMENAJE A LAS GENERACIONES FUNDADORAS

HOMENAJE A LAS GENERACIONES FUNDADORAS

Queridos emprendedores,
Desde esta plataforma y desde otros muchos ámbitos como la academia la consultoría o los medios, solemos recurrentemente apelar a ideas para unas mejores pautas en el gobierno y la gestión de empresas familiares. Por supuesto que asuntos como la implantación de un Gobierno Corporativo eficiente, la planificación estratégica de asuntos relevantes de familia y negocio, la profesionalización en la dirección de las compañías o la atención a intangibles como la gestión del talento o la reputación me parecen innegociables en el debate de la dirección de empresas familiares del siglo XXI.
Ahora bien, siento que cuando estos mensajes llegan a las generadoras fundadoras son percibidos cual si de una enmienda a la totalidad se tratase, por más que su finalidad sea bienintencionada. Nada más lejos.
Por eso quisiera reflexionar sobre el papel de los fundadores de la empresa familiar. Si analizamos la realidad de muchas empresas familiares de nuestro entorno más cercano, en segundas o terceras generaciones, observaremos que fueron creadas en momentos nada fáciles del entorno, con el mundo saliendo de los estragos de las guerras mundiales del siglo XX o de terribles guerras civiles como es el caso de España. Estoy pensando en compañías que nacen en los 40, 50, o 60 del pasado siglo, en muchos casos como fórmula de autoempleo, y con el tiempo han crecido y hoy son medianas o grandes empresas.
Organizaciones creadas por gentes que nacieron y crecieron en años de plomo. De hambre y escasez. Caracteres duros, forjados en una y mil dificultades. Gentes con valores sólidos. Trabajo, sacrificio, perseverancia, austeridad, honestidad, caballerosidad. La palabra bastaba para cerrar un acuerdo. Obsesionados, y orgullosos, por hacer las cosas bien. Hoy hablaríamos de excelencia o de orientación a cliente. Gente, en suma, muy emprendedora, y de muchísima calidad.
No había en el paisaje tampoco los servicios especializados con los que hoy contamos para dar apoyo al empresario y a las familias empresarias. Ni asociaciones de empresas familiares, ni consultores especializados ni programas académicos en universidades y escuelas de negocio. La gestión, necesariamente intuitiva. Generalmente el hombre encargado de hacer crecer el negocio y la mujer dirigiendo, sin saberlo, el Consejo de Familia. Tanto sacrificio de unos y otros.
Las cosas están cambiando mucho hoy, y casi siempre para bien. Impera la cultura de la igualdad, de modo que hijos e hijas tienen las mismas oportunidades y va siendo el mérito quien sitúe a cada cual en su sitio. Son mucho más accesibles las buenas prácticas en libros, servicios de asesoramiento o en redes de empresas familiares. Se cuenta con una amplia oferta de programas formativos especializados…..
Nunca ha sido fácil el oficio de empresario, ni antes ni ahora. Por eso siempre tenemos que poner en valor a quien decide invertir su dinero para hacer realidad su sueño emprendedor y de paso crear oportunidades de trabajo y desarrollo para tanta gente en su entorno.
Creo que las empresas familiares que más progresan son las que mezclan con sabiduría aquellos valores que las hicieron consolidarse en el mercado como las innovaciones que permiten adaptarse a un tiempo nuevo.
Pero son los valores que han ido dejando a su paso las generaciones fundadoras los que dan sentido a todo lo demás. Por eso este público homenaje a las mujeres y hombres que dieron los primeros pasos de tantas y tantas empresas familiares que hoy son dominantes en la economía de tu país y del mundo.
Valores que además, en estos tiempos de tantas dificultades que nos toca vivir en muchas economías avanzadas, están siendo sostén de nuevo de muchas familias. Esos abuelos que están hoy atendiendo económicamente a hijos o nietos desempleados. O que contribuyen a la cohesión familiar con un desinteresado apoyo de cuidado a los nietos para que los padres puedan cumplir sus tareas profesionales. Esa extraordinaria generosidad de los abuelos que hoy quiero agradecer de este post.
Por no queda ahí la cosa. Las abuelas y abuelos, aunque no tengan cuenta en redes sociales o no buceen por internet, son una enorme fuente de sabiduría y experiencias de los que hay tanto, tanto que aprender. Además de ser espejo donde mirarse para recuperar esos valores de los que nuestra sociedad está tan ávida.
Si aun tienes la suerte de tener abuelos, mímalos, y dedícales tiempo. Aprenderás mucho. Si no, y tienes hijos, enséñales a querer y aprender mucho de sus abuelos.
Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean.

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