EMPRENDIMIENTO EN ESPAÑA: ¿BURBUJA?

EMPRENDIMIENTO EN ESPAÑA: ¿BURBUJA?

 

 

 

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Queridos emprendedores y familias empresarias,

Llevo más de dos décadas de vida profesional dedicadas al emprendimiento desde sus más variados ángulos. Reconozco que durante largo tiempo me sentía como el que predica en el desierto y es por esto que esta aparente fiebre emprendedora que vivimos en España me resulta especialmente grata. Me gusta que el desarrollo emprendedor aparezca, aparentemente insisto, en la agenda de prioridades de España, S.A.

En esta ya dilatada trayectoria conocí el proyecto Global Entrepreneurship Monitor (GEM) a través del profesor Joseph Ganitsky y traje esta iniciativa investigadora al IEBusiness School en el año 2.000. GEM es una investigación que analiza el estado del arte del emprendimiento en España y lo compara con el amplio grupo de países que se unieron a esta investigación. Hoy GEM es un proyecto liderado por mi paisano el catedrático Ricardo Hernández que dirige un grupo de investigadores con el patrocinio de CISE, Santander Universidades y la Fundación Rafael del Pino.

A lo largo de esta semana se presentó el Informe GEM 2013, de recomendable lectura y análisis (http://www.gem-spain.com/?q=presentacion-informe-2013) .

No repetiré la conclusiones que los autores del informe plantean con claridad pero sí que, al hilo de estos datos, quiero compartir algunas ideas que forman parte de mi discurso sobre este particular y que el estudio del GEM pone de manifiesto.

En primer lugar y pese a que parece que ahora todo el mundo anda emprendiendo en España resulta que el porcentaje de población que declara emprender solo asciende al 5,2% de la población entre 18 y 64 años, algo inferior a los 5,7% del 2.012. Bien es cierto que este índice va subiendo entre las mujeres. Mucho ruido y pocas nueces, la verdad.

Así mismo es muy destacable el dato de que la mayor parte de los emprendedores españoles está en la treintena alta o la cuarentena. Emprender con éxito es una tarea muy compleja, la verdad. Apenas el 8% de los nuevos emprendimientos sobreviven los primeros cuatro años de vida. Hacen falta muchas cualidades. Con toda seguridad una cierta experiencia y madurez personal y profesional es pertinente. Entre otras cosas porque muchas veces es el conocimiento profundo de una industria o una actividad de donde se extraen buenas oportunidades de negocio. Esas que para mucha gente pueden estar vedadas.

El  mito californiano de jóvenes cambiando el  mundo es cierto, pero en los equipos de esas compañías tan relevantes que todos tenemos en la cabeza pronto aparecieron gentes expertas. Demonizar a la gente de edad es un grave error.

También es interesante comprobar que las fuentes de financiación más habituales para los emprendedores españoles son las que la literatura anglosajona denomina 3F (familia, amigos y partidarios). Poco “smart money”. Hablamos mucho de business angels, de incubadoras, aceleradoras, fondos,…. De nuevo, mucho ruido y pocas nueces. Los grandes capitales siguen prefiriendo las grandes operaciones corporativas. Lógico. El dinero es muy tímido.

Un último dato muy revelador es que solo el 10% de quienes están emprendiendo espera tener más de 5 empleados a más de 5 años vista. Parece evidente que en España se está emprendiendo más por obligación que por devoción y con una clara perspectiva de autoempleo. Oye, y no está nada mal que cada vez más gente asuma que el paradigma del empleo de por vida está pasando a mejor ídem y con responsabilidad individual tomen decisiones coherentes con el entorno.

En todo caso parece perverso, y equivocado, pensar que el grave problema del desempleo en España se va a corregir fomentando el emprendimiento juvenil. Por supuesto que es un avance trasladar la necesidad de contar con una sociedad más emprendedora. Y poner en valor la figura de emprendedores, empresarios, familias empresarias, autónomos o todo aquel valiente que se animó a trasladar a la realidad el sueño de una idea de negocio. Por eso hablo tan a menudo de gente emprendedora, gente de calidad. Para que la sociedad desarrolle una mirada cómplice hacia sus emprendedores.

Pero creo que se olvidan dos estrategias fundamentales para que tengamos, de verdad, una sociedad más emprendedora. Por tanto, más competitiva y capaz de generar empleo, riqueza y bienestar. Para hacer de España, S.A. un proyecto sostenible.

En el corto plazo, sitúo una apuesta mucho más decidida por quien ya emprendió y lo hizo con éxito. Conozco bien el tejido empresarial español y hay toda una pléyade de empresas gacelas, de alto potencial, que innovan, apuestan por el I+D, se están internacionalizando a pasos agigantados, con dueños preocupados por su formación y la de sus equipos. Empresas que hoy pueden estar facturando 3, 6, 15 o 30 millones de € pero que lo tienen todo para ser nuestras multinacionales dentro de 25 años. Hágase no una ley de emprendedores sino un plan estratégico con visión holística para que así sea.

Y en el largo plazo, la educación. Es la educación, imbécil. Es la educación el vector básico para poner en valor a los empresarios, para dotar a todo lo largo del itinerario académico de los conocimientos y habilidades necesarios para construir una sociedad más emprendedora y un país más competitivo.

Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean

1 Comentario
  • Soraya Mayo
    Publicada a las 15:32h, 08 abril Responder

    No sé si hay burbuja emprendedora o no, quizá sí, y me preocupa que se venda por parte de los políticos que la salida al desempleo es el autoempleo porque no es así. Nuestra tasa de generación de empresas no da para tanto y menos con el tamaño que adquieren. Hay muchos mensajes perversos con el emprendedurismo: por ejemplo: que hay muchas facilidades, que la solución a la situación del desempleo es crearte tu propio puesto de trabajo o peor aún, que si no encuentras empleo…»hazte autónomo», algo así como que se anima a la gente a emprender como si todos valieran para ello. No es así: además de conocimiento sobre el sector, sobre la gestión empresarial etc existen otras cualidades como la capacidad de aguantar la presión, del control emocional, el liderazgo que son muy válidas pero que como son más difíciles de «contabilizar en euros», pasan desapercibidas, y son la base sobre la que construir un proyecto sólido. Si algo tiene de bueno este «estado de opinión» sobre el emprendedurismo, es que se está poniendo en valor la figura del empresario, la asunción de riesgos y que es necesario trabajar duro para conseguir tus sueños.

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