09 Jul AL HILO DEL ESCANDALO GOWEX: ETICA, REPUTACION Y VELOCIDAD
Queridos emprendedores y familias empresarias,
Emprender es tarea muy compleja. Y hacerlo con éxito, titánico. Cuando esto ocurre se deben conjugar múltiples factores: mucho talento, más trabajo, salir al mercado en el momento oportuno, construcción de equipos, visión, una pizca de suerte,…..
Múltiples estudios demuestran el alto grado de mortandad de nuevos, o no tan nuevos, proyectos empresariales. Emprender es riesgo. Riesgo que esta sociedad del cambio, tan dinámica, global, competida, alcanza sus límites máximos.
Por eso la desaparición de empresas es un fenómeno natural. Porque la respuesta del mercado no es la esperada, por reacciones de competidores, por aparición de modelos de negocios mucho más atractivos, por falta de pulmón financiero, por efecto de factores macro o por incapacidad de atraer todo el talento necesario.
Ahora bien, otra cosa es lo que ocurre con casos tan cacareados como el de Gowex, donde de la noche a la mañana una compañía cotizada en el mercado alternativo (MAB) que teóricamente vale más de 1000 millones de € tiene que acudir a concurso de acreedores porque la cifra de ventas real no se corresponde ni de lejos a los ingresos que la compañía decía tener y en base a los cuales resultaba tan atractiva para inversores.
Mucho se ha hablado ya sobre el asunto pero con cierta distancia quiero reflexionar sobre tres conceptos relevantes que viene al caso:
-ETICA: entre los múltiples conceptos que emanan de la academia o la consultoría hacia el mundo corporativo ha hecho particular fortuna la responsabilidad social corporativa. Ahora bien, desde mi humilde punto de vista la responsabilidad social corporativa debe empezar a construirse desde la responsabilidad ética de quienes hacen parte de una empresa o institución, Una vez más, lo macro es sumatorio de lo micro.
Sin ética por parte de los empresarios, los directivos, los auditores o quienes lideran lor órganos de vigilancia y control no hay nada que hacer. Ni buen gobierno, ni responsabilidad social, ni nada de nada.
Se puede debatir sobre los límites de los comportamientos éticos pero creo que todos coincidiremos que falsear la cifra de ventas durante al menos cuatro años no tiene pase.
Por tanto, debemos reivindicar la gestión por valores a la cabeza de los cuales debe ir la ética sin ningún género de dudas
-REPUTACION: es uno de los intangibles de mayor valor. Por eso hay que dedicarle tiempo, “momentos napoleónicos”, recursos, y energías.
Una manzana podrida hace daño a la reputación. He defendido siempre la trascendencia de los mercados alternativos bursátiles. Por su papel para facilitar el crecimiento de proyectos empresariales de modelos exitosos y probados. Alcanzar tamaños mínimos para competir es un gran reto para muchas pymes en este mundo global.
En el caso español el MAB ha acogido a 23 compañías que han accedido a casi 200 millones de € de financiación, cifras nada despreciables y más en un contexto de enorme escasez del crédito como el vivido desde 2.008. Sin embargo, cuando estalla el caso Gowex cuatro de las empresas más significativas del MAB salen huyendo como alma que lleva el diablo. Reacción lógica. No quiero estar en un club de dudosa reputación.
Los organismos que velan por el control deben extremar su tarea y sobre todo velar porque los comportamientos fraudulentos no salgan casi gratis.
La reputación es un bien innegociable. Cuesta construirlo y su pérdida es fatal. No olvidemos a Rockefeller, reputación es hacer las cosas bien y que se sepa
-VELOCIDAD: para mí detrás de la desaparición de algunas empresas está la velocidad inadecuada, como en los accidentes de tráfico.
Es humanamente comprensible que todos queramos crear Inditex, Google o Facebook pero es bien complejo.
Los proyectos necesitan tiempo para madurar, cuajar, perfeccionarse. Querer correr más de lo debido es tensionar la organización y, sobre todo, darte de bruces con la realidad del mercado. Detrás del potencial de éxito de muchos emprendimientos, tecnológicos o no, está la consolidación de profundos cambios de hábitos en los consumidores. Cambios que no siempre se acometen a la tasa que necesita el business plan para su cumplimiento. Cuando esto ocurre, entramos en el reino de las tentaciones. Es entonces cuando se empiezan a tomar atajos. Y, al menos yo, si algo he aprendido en la vida es que no hay atajos.
Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean.
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