EN LA PÉRDIDA DEL LÍDER EN LA EMPRESA FAMILIAR

EN LA PÉRDIDA DEL LÍDER EN LA EMPRESA FAMILIAR

Estimadas Familias Empresarias:

Una situación particularmente compleja es la que, por desgracia, hemos sufrido en ocasiones quienes nos movemos en el ámbito de la familia empresaria: cuando nos deja el líder. En estos momentos tan duros que estamos vivimos, esta posibilidad, lamentablemente, crece aún más.

He compartido esta dura experiencia con varios continuadores de sagas familiares, incluido quien esto escribe, y todos convenimos en la dureza en lo personal y lo profesional.

Me estoy refiriendo a líderes que ayudaron a hacer grandes sus empresas y sus países. Empresarios que ejercieron un liderazgo apabullante en sus negocios y en su entorno. No es nada fácil sustituir una personalidad tan rotunda. Creo que quienes son capaces de dar continuidad con éxito al proyecto empresarial lo han hecho por una conjunción de factores que os comparto.

Lo primero, sin duda, es respetar su memoria, que es tanto como respetar los valores que nos dejó impregnados: el trato impecable a las personas, tanto más cuanto más humildes sean; la construcción de relaciones de largo alcance con clientes, proveedores, bancos o instituciones; la búsqueda del acuerdo, pues las relaciones pierde-pierde son absurdas; la generosidad para que el último centavo lo gane el otro; la prudencia en la administración del negocio, donde hay que cuidar el euro porque el billete de 500 se cuida solo; la responsabilidad para el cumplimiento escrupuloso de los acuerdos; el trabajo, la humildad y la perseverancia; aprender a escuchar.

Por otro lado, es fundamental contar con equipos de trabajo que permitan dar continuidad a la actividad. Solo así las empresas pueden trascender a sus líderes fundadores. Es un problema para muchas empresas familiares que no saben delegar y requieren del fundador hasta para la propia operativa del día a día del negocio.

Para los sucesores, ha resultado clave contar con el apoyo y la lealtad del equipo. Siempre he promulgado que los sucesores de negocios familiares deben ganarse su credibilidad y, para eso, desarrollar fuera una carrera profesional exitosa ayuda muchísimo. Tras vivirlo en mis propias carnes, todavía apoyo con más entusiasmo dicha tesis. Es lo que hoy tantos llaman “empowerment”. Aportar credibilidad al entorno, y más en estos tiempos, es capital. Si sólo te ven como “el hijo de” será más complicado y obligará a un sobresfuerzo que puede llevar a decisiones equivocadas propias cuando se actúa bajo una gran presión.   

La verdad es que es una suerte haber convivido con esos líderes tan excepcionales y, por eso, el vacío es mayor. Todos tratamos de disimularlo pero el dolor ahí está, ahí se queda. También es un estímulo para dar continuidad a su obra. Estoy convencido que este mismo sentimiento lo tendréis muchos de los lectores del blog. Viéndolo en perspectiva, las bajas en esa generación de nuestros padres suponen también la pérdida progresiva de una manera de entender la vida y los negocios con hombría de bien. No sabrían usar Instagram o Linkedin ni navegar en las procelosas aguas de lo políticamente correcto pero los prefiero como referentes para nuestros hijos antes que a tanto mediocre sin escrúpulos como los que hoy, demasiadas veces, ostentan posiciones de alta alcurnia en la empresa, la vida social o la política.

Hasta pronto. Incluso en estas circunstancias excepcionales, recuerda esto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean.

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