VACACIONES PLENAS DE MOMENTOS NAPOLEONICOS

VACACIONES PLENAS DE MOMENTOS NAPOLEONICOS

Queridos emprendedores,

La gente emprendedora es particularmente activa. Enseguida manos a la obra para aterrizar los sueños imaginados. Particularmente dotados para ejecutar muy bien lo imaginado. Todo eso es bárbaro, como dicen los amigos porteños con erre larga. Pero además, tienes que construir tus momentos napoleónicos.

Napoleón tiene bien ganada fama de estratega militar. Se le deben pensamientos tan hayqueistas como el que se decuce de esta frase que se le atribuye: «Lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes.». Pero para poder pensar estratégicamente, Bonaparte nunca bajaba al campo de batalla. Y no sólo por prudencia. Se situaba en una atalaya desde donde vislumbrar cómo se desplegaba su estrategia y, en su caso, tomar acciones correctoras sobre la marcha. Hoy en día, las superpotencias también tienen sus atalayas. Ya no en la loma cercana al teatro de las operaciones. Sino en cuarteles de estado mayor situados a miles de kilómetros de distancia del foco del conflicto. Dotados de las más sofisticadas herramientas de telecomunicaciones para poder ejercer sus funciones de definición y control de las estrategias.

En el hemisferio norte estamos en pleno verano momento que muchas personas aprovechan para tomar unas merecidas vacaciones. Un momento ideal para invitarte a que te crees tus momentos napoleónicos, tus atalayas de reflexión estratégica. Fíjate que los asuntos que nos ocupan podemos clasificarlos en dos grandes categorías: importantes y urgentes. La tendencia natural es atender lo urgente, lo inmediato, las cosas del día a día, lo que nos de comer. Pero también habrá que ocuparse de aquello de nos dará de comer mañana y el día después de mañana. Equilibra estas dos vertientes.

Soy un convencido de la aportación de los momentos napoleónicos porque lo he vivido en carne propia. He fracasado en proyectos por no pensar bien determinados asuntos trascendentes. Por ejemplo, cometer errores en el packaging del producto o en selección de las personas clave. Del mismo modo que he participado en proyectos de éxito en los que una adecuada reflexión estratégica ha sido clave para identificar las competencias que necesitaba el equipo, anticipar necesidades del mercado,  poner el foco en un nicho de alto valor o adelantar  inversiones en tecnología para conseguir ser competitivos en escenarios cuyos cambios se advirtieron adecuadamente. Desarrollar buenas inteligencias de mercado es de capital importancia.

Cuando analizo muchos fracasos de empresas familiares o de proyectos emprendedores advierto ausencia de pensamiento estratégico que acaban desembocando en graves crisis. Me vienen a la cabeza situaciones como planteamientos monocliente o falta de atención a las singularidades propias de los negocios de familia.

En el particular caso de familias empresarias consolidadas y en las que, por tanto, el reto excede la pura supervivencia, es relevante dotar a este ejercicio de óptica holística. Negocio y familia no pueden disociarse, son vasos comunicantes.  Cuando menos, aprovechemos estos estivales momentos napoleónicos para asegurar que la familia empresaria comparte un proyecto, unos valores y que hay orgullo de pertenencia. Cualquier fisura en esos ámbitos convendrá ser restañada de la forma más eficaz posible.

Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean…. Y si eres de los que están o se irán de vacaciones en breve, que las disfrutes a tope y vuelvas con renovadas energías.

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