EL DILEMA DE SEGUIR SIENDO EMPRESA FAMILIAR

EL DILEMA DE SEGUIR SIENDO EMPRESA FAMILIAR

Queridos emprendedores,
Hemos conocido recientemente que el fabricante de ropa y calzado para actividades al aire libre Timberland dejará de ser una empresa familiar para integrarse en VF Corporation, propietaria de tres docenas de marcas de moda, entre ellas algunas legendarias como Wrangler o Lee y otras más modernas como Vans.
Timberland es una empresa familiar cotizada en bolsa en tercera generación a cuyo frente se encuentra Jeffrey Swartz, nieto del fundador, quien lidera la compañía desde 1998, cuando su padre (con 62 años) se retiró como presidente y consejero delegado. Una característica muy marcada bajo el mandato de Jeffrey Swarz ha sido la gestión por valores poniendo foco en acciones de responsabilidad social. El lema de la empresa así lo remarca: Doing well and doing good (hacerlo bien para los accionistas y hacer el bien a la comunidad).
Cada vez que se vende una empresa familiar se reaviva el dilema sobre el futuro de los negocios de familia. Recuerdo la gran polémica al respecto surgida cuando en 2.006 la familia Bernat vendió Chupa Chups.
No conviene olvidar para los que ponen en cuestión que la empresa familiar es el mayor destino de los empleos del mundo. Por consiguiente nunca será suficiente el agradecimiento a tantas y tantas familias empresarias. Como en todos los órdenes de la vida, habrá buenos y malos empresarios familiares, pero creo que el colectivo merece, ante todo, respeto.


Desde mi punto de vista dos son los grandes asuntos que entran en juego en la continuidad de la empresa familiar. Por un lado las relaciones de familia. Algunas ventas de empresas familiares se han producido bien para salvar una crisis familiar o como consecuencia de la ausencia de líderes emprendedores en las nuevas generaciones.
Por otro lado están las cuestiones de mercado. Los nuevos escenarios competitivos tan globales, competidos y dinámicos obligan a tomar decisiones de integración en grupos mayores a fin de mantener la competitividad de la compañía. En estas ocasiones, y tal parece ser el caso de Timberland, el racional toma el relevo del romanticismo. Creo que cada vez vamos a asistir a más operaciones corporativas de empresas familiares: fusiones, integraciones, alianzas o acuerdos con firmas de capital inversión.
Vivimos nuevos tiempos que exigen nuevas estrategias, y estilos de dirección. En el óptimo el ideal de tantas familias empresarias es que el negocio crezca en un ámbito de armonía familiar pero no siempre es fácil.
Hasta pronto, tratad de ser muy felices pese a todo que es lo verdaderamente importante y espero vuestros comentarios!!

3 Comentarios
  • PIlar Ortega
    Publicada a las 14:51h, 24 junio Responder

    Me inclino a pensar que los nuevos escenarios competitivos, son los que están obligando y obligarán en el futuro próximo a la integración de muchas empresas familiares en corporaciones mayores. ¡La unión hace la fuerza!

  • Anónimo
    Publicada a las 17:59h, 26 junio Responder

    No puedo estar más de acuerdo y es bueno ir desarrollando esa mentalidad y las habilidades necesarias para llevar a cabo con éxito estrategias de ese tipo

  • Ed Rosenfeld
    Publicada a las 00:31h, 27 junio Responder

    I also agree. When this happens, we just have to hope it’s for the better.

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