EMPRENDER, UNA ACTITUD VITAL

EMPRENDER, UNA ACTITUD VITAL

Queridos emprendedores y familias empresarias,

Te confieso que he dedicado más de la mitad de mi vida a emprender y fomentar el espíritu emprendedor. Convivo con emprendedores a diario. A lo largo de mi trayectoria profesional he emprendido, he formado y asesorado a emprendedores, he colaborado con firmas de capital riesgo que invertían en proyectos emprendedores, he liderado intraemprendimientos en organizaciones ya existentes, he ayudado a muchas empresas a desarrollar cultura emprendedora y crecer hasta convertirse en grandes empresas líderes,…. Todo ello viajando por multitud de países y compartiendo vivencias con gente muy, pero que muy diversa. Este bagaje me permite decirte con toda firmeza que un mundo emprendedor es un mundo mejor. Y también compartirte otra profunda convicción, la Gente Emprendedora (GE) es Gente de Calidad (GQ). La GEGQ es de las mejores especies que puebla este complejo mundo del Siglo XXI.

Siempre estaré hablándote de emprender en sentido amplio, como esa actitud vital que te mueve y motiva a pasar por la vida dejando huella. Dejar tu sello allá por donde el destino y tus intereses te vayan llevando. Mirar atrás y observar con orgullo la obra creada. Porque emprender supone aportar valor y provocar avances. Verdadero progreso. 

La sociedad ha evolucionado mucho y el emprendedurismo ha ido ganando terreno en muchas facetas de nuestra vida. Por ejemplo, si buscas programas de formación para emprendedores puedes encontrarlos a millares. Por seguir con el ámbito académico son muchos más los profesores que tratan de especializarse e investigar en materia de emprendedurismo cuando hasta hace poco, aunque no lo reconocerán en público, ésta era considerada una materia soft de escasa relevancia, propia de una moda pasajera. Los medios de comunicación, muy poco a poco, comienzan a dedicar algún espacio a los emprendedores y al fenómeno emprendedor. Desde las administraciones de muchos países e instituciones supranacionales se trata de impulsar y facilitar la labor de los emprendedores.

No obstante me sigue pareciendo que hacen falta medidas mucho más audaces para crear una sociedad más emprendedora. ¿Pero quién crea empleo ahora que el trabajo por desgracia es un bien tan escaso en muchos países? ¿Quién contribuye a generar riqueza y sostener así el estado del bienestar? ¿Quién va a dar a nuestros hijos oportunidades de desarrollo a futuro?

La educación es capital para crear una sociedad más emprendedora. He vivido en primera persona el efecto benéfico que supone incorporar al curriculum académico de programas de postgrado cursos de creación de empresas. Fui el primer Director del MBA del IE que decidió dotar al programa de un módulo obligatorio de gestión emprendedora justo al inicio del Máster. El porcentaje de graduados del IE que hoy desarrollan una actividad emprendedora es enorme. Inocular la semilla emprendedora despierta vocaciones emprendedoras. La experiencia y know-how en esta materia de las escuelas de negocios es muy notable y podría ser aprovechada para su inclusión en todas las etapas formativas. Es muy precisa una educación que desde la infancia hasta el final del ciclo colabore a desarrollar capacidades como la creatividad y la detección de oportunidades, un pensamiento transversal que permita integrar conocimientos tal como se demanda para ser líderes emprendedores o el desarrollo de habilidades interpersonales que van a formar parte de la actividad cotidiana del emprendedor. Una educación en la que alguien te diga de vez en cuando que lo que estás aprendiendo puede servirte para emprender tu propio negocio o hacer crecer el negocio de tu familia si es que existe. Y una educación que también destaque la trascendente contribución que los emprendedores juegan en las modernas sociedades. Nuestros hijos tienen que tener referentes de emprendedores, sociales y empresariales, y no sólo idolatrar a cantantes de moda o futbolistas de postín. Sólo así tendremos más actitudes emprendedoras de las que tan necesitados estamos. A través de la educación tenemos que hacer entender que el papel de los emprendedores en la sociedad global que nos toca vivir es fundamental si queremos tener un entorno sostenible en términos de empleo, riqueza y bienestar.

No podemos vivir en un ambiente que sitúa permanentemente la dicotomía trabajador/bueno frente a empresario/malo. Tiene que extenderse la idea de que en las organizaciones empresariales todos deben ir en una misma dirección, propietarios y asalariados. Lo bueno para el dueño de la empresa debe ser bueno también para todos sus empleados. Si se trabaja en aras de la competitividad no es por escamotear un euro del salario o de los gastos de viaje sino porque es la única manera de abrirse un hueco en el mercado que permita a la empresa una posición sostenible, de la cual todos deben salir ganando. Hay que generar los valores del respeto a la empresa y al emprendedor. Pero, por supuestísimo, que a los emprendedores hay que exigirles un comportamiento absolutamente ejemplar con sus empleados y ante el conjunto de la sociedad para dignificar la importante tarea que desarrollan. El emprendedor debe actuar desde muy sólidos valores. No son ya de recibo planteamientos de abusos de posición ni de desmedida codicia, absolutamente denunciables e impropios de GEGQ. De la misma manera que quiero poner en valor la contribución de la GE en nuestra sociedad pretendo llamar a la autocrítica en la clase emprendedora. Porque necesitamos GEGQ de verdad.

Emprendedor es la palabra políticamente correcta que hemos incorporado al lenguaje común para que nadie sienta el menor reparo en incluirla en su discurso habitual. El emprendedor es, pues, el empresario bueno. El emprendedor es el empresario modelo, que se aleja de los peores tópicos decimonónicos existentes alrededor de la figura del empresario usurero y explotador de los tiempos de la revolución industrial. El emprendedor innova, fomenta nuevos empleos, genera riqueza, crea tendencias, se preocupa por el desarrollo de las personas, por la sostenibilidad del medio ambiente, actúa con valores y mentalidad global,……Por eso demando que sea un referente social de primera magnitud.

Según Wikipedia, “un emprendedor es una persona que enfrenta, con resolución, acciones difíciles. Específicamente en el campo de la economía, negocios o finanzas, es aquel individuo que está dispuesto a asumir un riesgo económico o de otra índole. Desde este punto de vista, el término se refiere a quien identifica una oportunidad de negocio y organiza los recursos necesarios para ponerla en marcha”.

En el diccionario de la lengua española encontramos estos significados: 

  • Emprender: “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. 
  • Emprendedor: “Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”.

No pretendo redefinir el término pero lo que sí afirmo con rotundidad es que, mucho más allá de frías definiciones de libros o páginas web, emprender es una actitud vital. Emprender es pasar por la vida dejando huella. Un legado positivo. Emprender es, por tanto, mucho más que iniciar un start up. El sello de emprendedor le corresponde a mucha más gente que la que inicia o desarrolla un negocio.

Más allá de celebridades emprendedoras, estoy seguro que puedes reconocer en tu perímetro familiar, social o de trabajo gentes excepcionales por su capacidad de llevar adelante proyectos de cualquier índole, por aglutinar personas e ilusiones, por su liderazgo indudable. Esa es la GE.

Pero es que adicionalmente, la GE aglutina competencias excepcionales que les convierten en GQ. La GQ hace empresas de calidad, instituciones de calidad, familias de calidad. En definitiva, sociedades de calidad.

El emprendedor es un visionario. Tiene una habilidad especial para visualizar las oportunidades donde otros no ven nada. Aplica la frase célebre de Winston Churchill, otro inspirador para la GEGQ, según la cual “un optimista ve una oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. Cuando tiene esa visión es perseverante para llegar a la meta. No quiebra su voluntad las dificultades del camino que siempre acechan. Comparte la óptica machadiana de hacer camino al andar. Piensa que no hay peor gestión que la que no se hace. Tiene propensión a ver el vaso medio lleno. Lidera personas, proyectos e ilusiones.

Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean…

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