11 Nov EL RETORNO DE LA INVERSION DE LA EDUCACION EJECUTIVA
Quienes nos dedicamos a la educación ejecutiva hemos recibido muchas veces la pregunta: “la formación, ¿es gasto o inversión?” Creo que este debate en general está superado y la inmensa mayoría de las empresas tienen muy claro que el talento es palanca fundamental de competitividad y bajo ese supuesto la formación juega un papel trascendente para la puesta a punto de los equipos directivos de nuestras organizaciones. Precisamente la educación ejecutiva (executive education en su acepción inglesa de uso generalizado) se crea en las escuelas de negocio para dar respuesta en formatos abiertos o a medida (programas in company) a las demandas de los cuadros directivos a lo largo de su trayectoria profesional. Para los aún escépticos, los animo a invertir en formación ejecutiva de calidad. Aquella que ayuda a desarrollar pensamiento estratégico, anticipar tendencias, conocer las técnicas de gestión de negocio más adecuadas para superar momentos tan complejos como los que estamos viviendo, tomar mejores decisiones en tiempos de incertidumbre, potenciar capacidades para liderar equipos de alto rendimiento o ampliar su visión y comprensión del entorno para impulsar nuevas oportunidades de negocio que aseguren un crecimiento sostenido del negocio
Superado este primer debate, el segundo interrogante que se nos plantea es la identificación de la rentabilidad de los esfuerzos invertidos en formación ejecutiva. Personalmente considero que la educación ejecutiva debe ofrecer herramientas muy prácticas a empresas e individuos. En el mundo de hoy, la sociedad del cambio, donde lo permanente es el cambio, considero que en general el principal reto de empresas e individuos es dar respuestas a este tiempo nuevo que permitan a las compañías un crecimiento continuado y rentable. En ese sentido la innovación, en productos o procesos, va a jugar un papel clave. Hoy las capacidades de los gestores de empresas, sean propietarios o ejecutivos por cuenta ajena, se sofistican porque la realidad es mucho más poliédrica y compleja. Hay que atender numerosos frentes: globalización, nuevas tecnologías, creciente competencia, enorme dinamismo o mayor protagonismo de los grupos de interés (stakeholders)
Estas son las premisas que nos impulsan en el diseño de los programas de alta dirección que desarrollamos en IE Business School. Una oferta de programas dirigida a las cúpulas de las empresas, además en el momento crítico de su vida profesional.
Os comparto los resultados de la encuesta de seguimiento que acabamos de procesar con las respuestas de participantes que han pasado por las aulas del IE para cursar programas en este segmento a lo largo del año académico 2012-13. Es decir, se trata de respuestas ofrecidas desde el poso que da el haber ya finalizado el programa hace algunos meses:
93,5% ha llevado a cabo alguna acción que contribuye al crecimiento de su empresa?
87,1% ha llevado a cabo alguna acción que contribuye a una gestión más eficiente de los recursos
79% has llevado a cabo alguna innovación de producto y/o servicios y/o procesos en aquellas actividades de su ámbito de actividad
96,7% ha llevado a cabo alguna acción de mejora de tu desempeño directivo individual?
74% sigue en contacto con el IE con fines sociales y 81% con fines profesionales
99% recomendaría a personas de su entorno profesional o personal con el perfil adecuado hacer un programa de alta dirección en el IE
Estos contundentes resultados no son sólo una evidencia del retorno de la educación ejecutiva de calidad sino que marcan claramente el camino a seguir por parte de la Escuelas de Negocios:
-poner a disposición del directivo los últimos avances en “management” lo cual exige contar con un claustro que combine rigor académico con experiencia de interactuación con las cúpulas organizativas, para ofrecer a las empresas e individuos soluciones concretas de incremento de los niveles de desempeño personal y profesional que redunden en mejoras tangibles como las señaladas en los resultados compartidos
-crear un entorno que favorezca la reflexión profunda y el intercambio de ideas y experiencias entre participantes y con el claustro, lo que obliga a pensar en metodologías docentes más allá del método del caso. Se consolidará el desarrollo de metodologías como la gamificación u otras que ni siquiera hoy imaginaos. La formación se convierte en una experiencia y en ese objetivo se continuará con el proceso de traslado de prácticas, aparentemente alejadas del management tradicional, como ya se empezó a hacer con el deporte, el diseño o la gastronomía
– reforzar las competencias que favorezcan un agestión más emprendedora, más proclive a la innovación y a la aceptación del cambio como generador de nuevas oportunidades, tal y como demanda un entorno tan ultra competido y cambiante como el actual No es una moda, sino la respuesta necesaria, especialmente en Europa, para la búsqueda de nuevos yacimientos de empleo
-potenciar la orientación al servicio consistente en la creación de valor a través de las redes de alumni, en la mejora de la oferta de los servicios corporativos y en el desarrollo de una potente oferta de formación continua bien en formatos abiertos o in-company, en el establecimiento de alianzas con empresas líderes en sus respectivos sectores o en la creación de contenidos educativos adaptados a los móviles y las tabletas.
En suma, se trata de provocar, vía la educación continua complementada por servicios sofisticados, un impacto real en los procesos de liderazgo transformador que deben vivir individuos y empresas en esta sociedad del cambio
EL RETORNO DE LA INVERSION DE LA EDUCACION EJEC...
Publicada a las 13:52h, 11 noviembre[…] Quienes nos dedicamos a la educación ejecutiva hemos recibido muchas veces la pregunta: “la formación, ¿es gasto o inversión? […]