03 Ago 1914-2014
Queridos emprendedores y familias empresarias,
El naturalista inglés al que carias veces hemos traído a nuestro blog en sentido figurado, Darwin, decía que “la historia se repite, ese es uno de los errores de la historia”.
Ahora que se está celebrando el centenario de la Primera Guerra Mundial, la Gran Guerra, y que hay mucha literatura sobre lo que acaecía en el mundo hace un siglo, la frase de Darwin recobra vigencia.
Los humanos del 2014 vivimos bajo la influencia de enormes cambios. Y es verdad. Tanto que hemos acuñado en este espacio el término “sociedad del cambio”. Dos vectores como la globalización e internet lo están revolucionando todo.
Pero no es menos cierto que esta sensación de euforia por vivir en un mundo nuevo, de traspasar fronteras, ya se tenía en la Europa de principios del Siglo XX. De hecho, a partir de 1.870 se vive un gran impulso consecuencia de la llamada Segunda Revolución Industrial. Para empezar dos fuentes de energía novedosas hasta la fecha como la electricidad y el petróleo empezaron a cambiarlo todo. Surgen entonces grandes corporaciones del sector energético. Como consecuencia de estos avances también experimenta su gran impulso la industria automotriz primero y después la aeronáutica. También se acelera la navegación marítima lo que supone una primera, y muy relevante, globalización de la economía. Se impulsan las industrias metalúrgicas y químicas. Y qué decir de los avances en telecomunicaciones como teléfonos y telégrafos. Baste revisar la profunda conmoción social que provocaron las comunicaciones inalámbricas revisando alguna cita de la época como la del escritor austriaco Stefan Zweig, “solo por medio de este descubrimiento, la relación especio/tiempo experimentó el cambio más decisivo desde la creación del mundo”. La política también se vio afectada por estas enormes transformaciones y fueron surgiendo los regímenes democráticos que hoy conocemos. Desde el punto de vista social se empezaron a experimentar hace un siglo fenómenos tan de nuestros días como el fuerte desarrollo urbano o las migraciones.
La Europa de 1914 era el centro del mundo. Se rebosaba felicidad aún en un entorno con severas desigualdades. Eran tiempos de Exposiciones Universales, de inicio del consumismo, del fascinante surgir de la industria del espectáculo o del desarrollo de clases medias burguesas. En suma, era la “Belle Époque”.
Todo esto se trunca a raíz del asesinato en Sarajevo el 28 de Junio de 1914 del Archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona del Imperio Austro-Húngaro y su esposa la condesa Sofía von Chotek. Magnicidio a manos del ultranacionalista serbio Gavrilo Princip que formaba parte de un comando terrorista que leyendo las crónicas del momento fue de lo más chapucero pues fracasaron en varios intentos y sólo la casualidad quiso que finalmente Princip se topase con la comitiva imperial.
A partir de este hecho, y fruto de un enrevesado enjambre de alianzas, a lo largo de finales del mes de julio e inicios de agosto de 1.914 comiencen a declararse la guerra las principales potencias del momento: Austria-Hungría. Serbia, Rusia, Alemania, Francia, y Gran Bretaña. Posteriormente se irían incorporando nuevos contendientes hasta darle cariz internacional a la contienda.
Volviendo a la frase de Darwin del arranque del post, baste observar la realidad para entender que seguimos bajo el influjo de fenómenos como los nacionalismos, los expansionismos imperialistas, las luchas de religiones o étnicas que aparecen en el sustrato de los detonantes de la Gran Guerra.
Más allá de los indudables avances de hoy en tantos ámbitos que nos permiten una mejor vida, lo cierto es que hay retos de superior calado aún presentes. El fortalecimiento de las instituciones internacionales que debieran velar por las soluciones políticas de los conflictos. O, en clave europea, el fortalecimiento de la UE para volver a encontrar un espacio protagónico para nuestro continente en el concierto global.
Esperemos aprender de la historia.
Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean
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